Perjudica Seriamente tu Salud



Yo de pequeño estaba siempre malo. Alarismo o algo así tenía. Teníamos que ir a “La Paz”, mínimo, una vez al año. Dormíamos en casa de un familiar y sufríamos los inconvenientes de los atascos y la distancia de la capital. Recuerdo los madrugones, mi Heman en la mano, la paciencia infinita de mi madre, y el traqueteo constante del autobús urbano. Porque los urbanos de por entonces te zarandeaban igual o más que el tren. Ahí éramos todos iguales: no distinguías al pasajero que tenía frío, al que estaba nervioso, al que sufría Parkinson o al que venía escuchando en su walkman el “Thriller” de Michael Jackson.

Así que he conocido médicos a porrillo. Me acojonaba verlos con su temple serio y su bata blanca (posiblemente de ahí me venga mi animadversión a los churros) bordada con su Dr + Apellido en el bolsillo, en el cual se visualizaba un par de bolígrafos y un paquete blando de ducados. Los tenía tan estudiados que según transcurría la conversación yo ya podía intuir si el cabrón me iba a acabar dando el palito de la garganta o no.

Que lo de cabrón no va por todos, ¿eh? No quiero generalizar, por Dios Santo. Mi enemistad declarada va para aquellos que me tiraban el palito a la papelera - sin consultar - y para los hijosdeputa que me recetaban supositorios. Bueno, tampoco soportaba a los urólogos. No me gusta que me toquen los huevos.

Y aquí, al igual que en el cine, los malos eran los que fumaban.

Aunque por aquel entonces en un hospital fumaba todo el mundo. El médico ochentero entraba en la habitación con el cigarro en la boca mientras te leía el historial. Si te veía bien decía: ¡Qué hace el paciente que no está fumando!

Si te veía mal decía: ¡Los 34 familiares que hay en la habitación, salgan a fumar al pasillo, por favor! ¡Llévense a la cabra también!

Fumar estaba bien visto y como habéis podido observar en la foto de cabecera del post, la publicidad no ayudaba nada, así que si ahora te parece una broma es que muchos han luchado para dar una educación y que esto y mear dentro de la tapa del wáter, SEA POSIBLE.

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