Cuaresma

¡Qué me gusta la Cuaresma!

Los mejores días en el colegio (aparte de las canículas, claro) eran los "días especiales", esos que por el motivo que fuese, hacíamos algo diferente. La cuaresma se iniciaba con uno de esos días especiales: el miércoles de ceniza.

Nosotros celebrábamos Misa con la debida imposición de la ceniza, lo que pasa es que en mi colegio no disimulaban mucho y prácticamente te la imponían directamente desde el cenicero blanco de Cinzano que siempre había en la sala de profesores.

Recuerdo que al salir nos mirábamos la cabeza e intentábamos vaticinar marca, origen y procedencia al más puro estilo Eli Wallach (inolvidable Tuco de El bueno, el feo y el malo): “Ducados, 2 horas, Don Abelardo”“Fortuna, de ayer, Doña Julia”.

También deciros que salíamos un poco acojonaos de lo que viene siendo la ceremonia, por lo que estas dudas que nos surgían siempre se lo preguntábamos al Simeón, el repetidor