SPAM



Mi padre siempre ha dicho eso de “cría fama y échate a dormir” y es que, efectivamente, como te pongan la etiqueta de NO DESEADO ya no te la quita ni Perri. Véase el caso de Massiel o de Justin Bieber, por eso de poner un caso más actual.

¿Pero quién define lo deseado o no deseado dentro de mi correo electrónico? ¿Quién decide por mí?

¿Por qué no me puede interesar a mí las ofertas del Viagra o el alargamiento del miembro viril en tan sólo dos semanas? Que no es el caso, pero que tengo un colega que lo mismo le viene bien…

¿Por qué tengo que aguantar que al encender la televisión me aparezca Belén Esteban o Sergio Ramos “hablando” y sin embargo Gmail me bloquea automáticamente el correo de una pobre muchacha rusa que está muy sola en su Moscú natal y necesita que le pase mi número de tarjeta con el pin para que venga a verme con unas “amigas amables que me están esperando”?

¿y por qué Gmail no me bloquea a los testigos de jehová o al presidente de vecinos de mi bloque?

¿Qué daño hace el poder informarse de una dieta para adelgazar 103 kilos en dos semanas comparado con el hijodelagranputa que llama por teléfono a las cuatro de la tarde?

¿por qué no me avisan de spam cuando algún político que otro dicen que no subirán los impuestos y sí me bloquea el inocente correo del banco que me anuncia que tengo que cambiar algunos datos, para lo que necesitan que les manden el usuario y contraseña y las escrituras de mi casa escaneadas y ya si eso me mandan los nuevos datos más tarde?

¿Por qué no me pueden informar de cómo conseguir un bono del Mercadona y no encuentran al que se invitó la gilipollez esa de que si te aparece una bola azul en el guasap no pagas en tu vida la actualización de la aplicación, así que tienes que reenviarlo a cuatrocientos amigos tuyos y vas a ver cómo al día siguiente el icono del guasap te cambia mágicamente de color porque tienes la opción Guasap Gold Premium Maximum? ¡Cuatrocientos! ¡Joder! Pues como no lo reenvíe a mis spams no tendré forma de llegar a cuatrocientos contactos… y cualquiera se arriesga…

2 comentarios:

  1. Aunque habitualmente suelo estar conforme con tus escritos, Alpargatero, me temo que en esta ocasión no puedo estar más en contra... Reconozco en tu texto el finísimo análisis de un inconformista que no quiere que decidan por él, y alabo el empeño; sin embargo yo prefiero que elijan por mí. En todo lo posible. Cuanto más mejor. Cuando voy a una gran superficie -y eso sólo ocurre tras meses de preparación- invariablemente salgo con el espíritu deshecho. Abrumado por las opciones, las ofertas, las posibilidades, los precios, las marcas y demás. A mí dame una o, como mucho, dos opciones de elección: coca cola o pepsi, la uno o la dos, adidas o nike, pp o psoe…
    Me temo que soy, cada vez más, de los que agradecen que haya alguien, o algo, que decida por mí entre todas las chorradas que nos ofrece el mundo moderno.
    En cualquier caso, aunque estéril, resulta encomiable tu empeño.
    Un placer como siempre.

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    1. Nunca has querido complicarte la vida en las elecciones - según tú - sencillas, pero si no fuera gracias a una “tercera opción” nunca hubieses probado la Estrella Galicia.
      Y eso, amigo mío, no tiene discusión alguna.

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